La sombra del Mezquite de Ramón Belaustegigoitia Landaluce
Estos hombres trabajan de firme. Los verá usted al amanecer montando a caballo. No hay mejores cultivadores del algodón en el mundo. Vaya, se le apagó el cie garro -exclamó Moriño con su habitual volubilidad. Y luego añadió sentenciosamente-: La gente que trabaja, sabe usted, es la que mejor se divierte.
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