El escándalo de Pedro Antonio de Alarcón
Los santos fueron hombres de nuestra misma arcilla.» ¡Sólo que ellos usaron de su libre albedrío abrazándose al bien, mientras que usted y yo, y la mayoría de los hombres, transigimos con el mal, a sabiendas de que ofendemos a Dios y manchamos nuestra alma!
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