Batir de alas de Paul Hoffman
Una repentina incisión hecha por Cale bajo la oreja izquierda. El purista cayó hacia delante y quedó totalmente inmóvil. Entonces empezó a sacudirse. Y paró. Volvió a sacudirse y paró. —Por el amor de Dios, terminad con él. —Ya está muerto —dijo Cale—. Es que el cuerpo tiene que acostumbrarse. |