La señora Harris en Nueva York de Paul Gallico
Nada en la vida era un triunfo completo, al cien por cien, pero muchas veces uno podía muy bien conformarse con menos, que era la mejor lección que se podía aprender.
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La señora Harris en Nueva York de Paul Gallico
Nada en la vida era un triunfo completo, al cien por cien, pero muchas veces uno podía muy bien conformarse con menos, que era la mejor lección que se podía aprender.
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Flores para la señora Harris de Paul Gallico
Si una persona quiere algo con la fuerza suficiente, siempre hay formas de conseguirlo. Aunque la verdad es que también hay que tener un poco de suerte
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Flores para la señora Harris de Paul Gallico
Si una persona quiere algo con la fuerza suficiente, siempre hay formas de conseguirlo. Aunque la verdad es que también hay que tener un poco de suerte.
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Flores para la señora Harris de Paul Gallico
Se había vuelto ciega y sorda a las necesidades y clamores humanos que surgían del corazón de otros.
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La señora Harris en Nueva York de Paul Gallico
-Si de mi dependiera -declaró-, erigiría una estatua en una plaza pública a las mujeres como ellas, porque son las verdaderas heroínas de la vida. Cumplen con sus obligaciones día si y día también, luchan para salir de la pobreza, de la soledad, de las carencias, para sobrevivir y mantener a su familia, pero no pierden la capacidad de reír de sonreír, de encontrar un rato para entregarse a las ensoñaciones.
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¿En que año nació Marcel Proust?