Asalto Internacional: Un thriller de espías de Pablo Poveda
Laine recortó distancias, se cargó de oxígeno y comenzó a mover las piernas de un modo hipnótico. Ponce no vio el primer revés, que fue directo a la cabeza, ni tampoco el segundo. Después llegó el tercero y así hasta seis puñetazos que lo arrinconaron contra el final de las cuerdas.
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