Muerte en la clínica privada de P. D. James
Aquí, siglos después de que el hombre se mantuviera erguido en la orilla, el mar, con su plañido inmemorial, inquebrantable, ciego, indiferente, provocaba muchas emociones, no siendo la menor, como ahora, la conciencia de la fugacidad de la existencia humana.
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