Un barroco de trinchera. Cartas (1977-1986) de Osvaldo Baigorria
Su movimiento había entrado en esa línea que atraviesa todos los devenires: vegetal, mineral, molecular, imperceptible. En vez de hacer pareja, de volverse una, la rosa mística y la espartaquista, la poética y la militante, comenzaban a hacer máquina, rosal, rizoma, multitud. Una flor bajaba a la tierra para devenir mil rosas.
|