Orlando Araujo
Mas, como perro cristiano, tenía pecados de orgullo: no aceptaba caridades. Y aquí comenzaban los conflictos, porque un tonto de pueblo estaba obligado a aceptar las sobras de comida y la ropa vieja y los zapatos rotos.
|
Orlando Araujo
Mas, como perro cristiano, tenía pecados de orgullo: no aceptaba caridades. Y aquí comenzaban los conflictos, porque un tonto de pueblo estaba obligado a aceptar las sobras de comida y la ropa vieja y los zapatos rotos.
|