![]() |
No sé ni cómo he terminado de leer esto. No dejaba de pensar: mejorará. Solo un poquito más. Y seguí leyendo hasta que terminé. Spoiler: no mejora. No me puedo creer que esto lo haya escrito el mismo autor de libros que me han encantado... Es una historia confusa que no tiene sentido del todo. Las cosas ocurren, una tras otra, de forma caótica. Los personajes no están muy bien definidos y todo sucede de una forma verdaderamente confusa. Shaeffer y Konrad se conocen en una de las exposiciones de este último. Ambos se sienten inmediatamente atraídos por el otro y deciden ir al apartamento de Konrad a pasar un buen rato. Pero nunca termina de pasar, porque a Shaeffer le da el cuarto de hora y acaba saliend pitando de allí. No me malinterpretéis: soy la primera a la que le gustaría que en los romances se normalizara la situación de «mira, chico/a, me quería enrollar contigo y tener sexo loco, pero he cambiado de idea y estoy en mi derecho de parar». Pero en este caso el lector, o al menos yo, no tiene muy claro qué es lo que hace que a Shaeffer le dé el parraque y salga volando dos segundo después de estar más salido que la esquina de una mesa. Y a partir de aqui las cosas se vuelven cada vez más confusas. Un segundo Shaeffer está en el gimnasio, leyendo en una revista sobre la muerte de un viejo amigo... y de repente no sé qué pasa que ve cosas (literal, así como flashes jajaja) y decide volver al apartamente del chico al que plantó en medio del bamboleo para comprobar que esté bien. No sé muy bien por qué le da por ahí, pero le da. Y qué casualidad que el susodicho está teniendo un problema... un problma que lo deja ciego. Entonces de pronto tenemos a un Konrad que no ve ni un pimiento y de pronto están follando. Y al segundo siguiente (literal que al siguiente capítulo), han pasado un montón de semanas y los dos están totalmente enamorados. ¿Hola? De verdad, si os habéis perdido en este punto no es porque me explique de pena (que quizá también), y ya os podéis hacer una idea de mi cara mientras leía. Mientras lees no puedes evitar sentir que te has perido una pieza del puzle y que otras no terminan de encajar donde el autora las ha colocado, si es que eso tiene sentido. Pero yo, cabezona como yo sola, pensé: Sandra, sigue leyendo, que seguro que mejora. No, Sandra, ¡no mejora! La actitud de ambos es confusa y no conseguí comprenderlos en ningún momento. Te enteras de lo que pasa, principalmente, por la portada. Que ese es otro tema... No solo es fea como ella sola, sino que es un spoiler con patas. Básicamente ves la portada y ya sabes lo que pasará. 0 sorpresas. Al final, para más inri, te quedas con muchas respuestas sin responder y la relación de los protagonistas se siente surreal. Demasiado precipitado. Demasiado (por si no ha quedado claro ya) confuso. Menos mal que no es el primer libro que leo del autor, porque de haberlo sido no habría probado ninguno más y de verdad que algunos títulos suyos me han gustado un montón. Loquita me quedo. + Leer más |