Chicas de muerte y de furia de Natasha Ngan
Me pregunto si hay algún modo de recuperar todas esas piezas o si sigues existiendo sin ellas, como si fueses una casa con tantas grietas que el viento silba entre ellas por la noche, dejando pasar el frío de tal modo que tus huesos siempre están helados y tu corazón nunca vuelve a ser tan cálido como solía ser.
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