3.096 días de Natascha Kampusch
Tras dos años de discusiones y algunos intentos de reconciliación, por fin mi padre se marchó definitivamente. Yo tenía entonces cinco años, y la pequeña niña alegre se había convertido en un ser inseguro y reservado, al que ya no le gustaba su vida y que protestaba por ello de formas diferentes. Unas veces me encerraba en mí misma, otras empezaba a gritar, vomitaba y me daban horribles espasmos de dolor e incomprensión. Sufrí una gastritis que me duró varias semanas.
|