Ardiente recuerdo de Nalini Singh
—Por favor, Dev, hazlo por mí. —Eso es un golpe bajo, cielo —susurró rodeándole los hombros con un brazo—. Es muy injusto. A Katya le escocieron los ojos ante el sufrimiento que podía percibir en el cuerpo grande sentado junto a ella. —Una mujer tiene que utilizar lo que puede contigo. Dev esbozó un atisbo de sonrisa, pero estaba teñida de una gran oscuridad, de una gran pérdida. —De acuerdo. Te llevaré a verle. |