El destino del agua de Mikael C.L
Al principio, todo era agua y tierra, fuego y aire. Aún recordamos el comienzo con gran nostalgia y solemos embellecerlo sobremanera. En aquel entonces, nosotras guardábamos el equilibrio frente a nuestros hermanos de la llama. Pero el agua es cambiante. Cuando la vertemos en un recipiente, toma su forma, adapta sus características a las suyas. El agua no es estática. Si la intentas tocar, beber o acariciar, se amolda a la nueva situación. Ya no es lo mismo, es diferente.
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