Al filo del agua de Mía Martín
Nadie en su casa ni tampoco en ninguna de de los cientos de viviendas que salpicaban su pequeña aldea llegaría jamás a comprender lo que había supuesto para ella el universo de infinitas posibilidades que todos esos libros extranjeros abrieron en su mundo de campos de arroz, obligaciones familiares y tradiciones milenarias (...) Su sueño de volar se convirtió en una realidad. |