El beso del ocaso de Mary Shepherd
—Eres tan dulce, tan tierno. Escuchó la carcajada de su hermano. ¿Dulce? ¿Tierno? ¡Por todos los infiernos! Era un vampiro, no un maldito osito de peluche. Él era un ser de la oscuridad, el tipo malo al que todos temían. |