Los Fragmentos del Destino de María Viqueira
Éloviel Fuegoscuro permanecía de pie junto a la ventana. Sostenía el Fragmento del Destino entre sus manos, calcinadas, al igual el resto de su cuerpo. Élendiel se acercó a ella para abrazarla. Su hija se deshizo en cenizas entre sus propios brazos y el colgante cayó al suelo, junto con las lágrimas que se le escaparon de los ojos.
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