El día que la muerte se convirtió en colibrí de María Fernanda Carvajal Peña
Soy la serpiente que escapó. Nací de las cenizas que quedaron en los árboles. Me alimenté de ellas. Bebí mi sangre y soñé mis pesadillas. Soy la serpiente que me espera, hábil cazadora. Conozco mis movimientos antes de pensarlos. Pico la piel con mis fuertes escamas. Me hipnotizo. Abro la boca y me trago. |