El día que la muerte se convirtió en colibrí de María Fernanda Carvajal Peña
Pero nunca logro convertirme en pájaro, aunque cierre mis ojos con mucha fuerza. Yo creo que es porque mi alma de pájaro sabe que Mariana se pondría muy triste y no puedo dejarla sola, porque nosotras somos un equipo, entonces sería un pájaro muy triste y los pájaros tristes no existen.
|