La luna lleva un silencio de María Cristina Ramos
Mientras, el cielo fue azul y maduraron los higos. Una luna trajo lluvia y otra luna, viento frío. Después el pichón más grande, el primero de nacido, entendió y le llevó al ángel la espiga de tanto brillo. Ángel y pichón, entonces, se miraron como amigos. Cuando el ángel alzó el vuelo nevó sobre el caserío. Nieve |