Margo Rejmer
En aquella época llevé a la comisión de censura casi un centenar de poemas y esperé el veredicto: ¿sería correcta mi poesía o no? –¿Por qué no ha escrito usted nada sobre tractores? –se mostró preocupado el censor–. Al fin y al cabo el tractor es un símbolo del desarrollo agrícola. ¿Por qué su poesía ignora tan ostensiblemente los tractores? Me perdonará usted, pero no concibo este libro sin un poema al tractor… Compuse el poema conveniente. El censor le echó un vistazo y después sonrió. –¿Sabe una cosa…? ¡Por poco pasamos por alto lo más importante! ¡Se ha olvidado usted de un poema a la gloria del Partido. |