A la busca del tiempo perdido I: Por la parte de Swann & A la sombra de las muchachas en flor de Marcel Proust
¡Ojalá siga siendo siempre azul el cielo para usted, joven amigo! Y hasta en esa hora, que a mí va llegándome, en que los bosques están ya en sombra, en que la noche cae rauda, habrá usted de consolarse como hago yo mirando hacia el cielo.
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