Obras de Manuel Acuña
En situación tan triste y estando la hora ya tan avanzada, ¿qué hago, dije yo, para salvarme de este grave y horrible compromiso, cuando ningún asunto puede darme ni siquiera un adarme de novedad, de encanto, o de un hechizo? ¿Hablaré de la guerra y de la gente que enardecida de las cumbres baja desafiando al contrario frente a frente, y habré de convertirme en un valiente, yo que nunca he empuñado una navaja? No, señor, aunque estudio medicina y pertenezco a esa importante clase que no hay pueblo y lugar en donde no pase por ser la mas horrible y asesina, aparte de que en esto hay poco cierto, como lo prueba y mucho la experiencia, yo, a lo menos hasta hoy, me hallo a cubierto de que se alce la sombra de algún muerto a turbar la quietud de mi conciencia. |