En esta novela histórica nos encontramos con una joven, Elizabeth, que pertenece a la nobleza y ha decidido huir debido a que su hermano planea casarla con un hombre mucho mayor que ella y que no es en absoluto de su agrado. Sale huyendo con lo puesto, decidida a acoger un barco que la lleve lo más lejos posible de su casa. Sin embargo, no tarde en toparse con la dura realidad a la que una joven como ella no está acostumbrada: necesita dinero para todo y no sabe cómo conseguirlo puesto que no ha trabajado en su vida. El castillo de Greyswood aparece ante ella como una oportunidad inesperada de ahorrar algo de dinero mientras espera que salga el barco que la aleje de su destino, aunque en el castillo se encontrará con algo para lo que no estaba preparada: el regreso por anticipado de Robert, hijo de los condes, que no tarda en darse cuenta de que Elizabeth no es como las demás doncellas que trabajan allí. Un libro que se lee en un par de ratos debido a su narrativa ágil y llena de sentimientos; pasas gran parte de la lectura pensando si pillarán a Elisabeth en su mentira y que consecuencias tendrá tanto si lo hacen como si no. Se cuenta todo desde los dos puntos de vista de los protagonistas y así sabemos qué siente cada uno en cada momento y los malentendidos que se van dando, lo que hace que a veces tomen decisiones que no deberían. Un libro en el que además de amor y romanticismo también tendremos una lección sobre lo equivocado o no de las decisiones repentinas, las cosas que se hacen en un momento de desesperación sin pensarlo mucho, guardar silencio cuando se debe hablar y las consecuencias que eso puede traer. Si tuviera que ponerle algún "pero" sería que la sinopsis cuenta demasiado para mi gusto. No te lo pierdas. + Leer más |