Las carreras de Escorpio de Maggie Stiefvater
Y allí está la chica. Cuando la veo por primera vez, a lomos de su yegua parda, desde la atalaya en la que estoy, en la carretera del acantilado, lo que más me llama la atención no es el hecho de que sea una chica, sino que está en el océano. Hoy es el temido segundo día, el día en el que puede haber algún accidente mortal, y nadie se atreve a acercarse al agua. Y sin embargo, allí está ella, a lomos de su caballo, que tiene las patas metidas hasta las rodillas en el agua. Sin miedo.
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