Noventa días de M. C. Andrews
—Yo no “lo intento” Amelia. Yo tengo aventuras. Empiezan y terminan —explicó solemne—. No respondo al cliché romántico, alguien que espera encontrar su alma gemela para enamorarse y formar una familia. Yo nunca tengo relaciones, tengo parejas sexuales que están de acuerdo en cumplir con mis condiciones y en seguir unas determinadas normas de conducta. Se quedó en silencio y me observó igual que cualquiera observaría una probeta a la que acaban de lanzar un producto explosivo. —¿Nunca has tenido una relación estable? —De todo lo que he dicho, eso ha sido lo que más te ha sorprendido —dijo casi para sí mismo—. No, nunca —respondió—. Y no quiero tenerlas. |