El señor número desconocido de Lynn Painter
—No eres un desastre, Livvie. Eres un... un... torbellino lleno de vida y de energía que, de vez en cuando, causa algunos daños colaterales. […] —Pero todos esos daños merecen la pena. Son un precio pequeño a pagar. Me encantaría vivir el presente como tú lo haces. —Sacó las manos de los bolsillos y se acercó para sostenerme la cara con ellas—. No te imaginas lo mucho que admiro eso de ti. |