El monasterio de Luis Zueco
Cada hombre guarda, al menos, un secreto inconfesable —le susurró—; debéis manteneros firmes ante aquellos que no queráis descubrir. Todos nos creemos capaces de mantener una mentira, pero nada hay más lejos de la verdad. Exige mucho esfuerzo y concentración y, si nos relajamos un instante, todo puede quedar al descubierto.
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