El viaje de Luigi Pirandello
Adriana, que nunca había salido de su pueblo natal, al ver a su cuñado volver así a la gran casa antigua, donde el tiempo parecía remansarse en un silencio de muerte, sentía siempre una secreta turbación indefinible. El cuñado traía consigo el aire de un mundo que ella no lograba ni siquiera imaginar.
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