Orlando furioso, tomo I de Ludovico Ariosto
¡Ay!, qué tan orgullosa me sentía de que un gran rey, un fuerte caballero arriesgase su vida por mi causa en una fiera y áspera batalla, y ahora veo que no tenéis empacho en ecponeros por razón tan nimia. Lo que os espoleaba a la contienda no fue mi amor, fue natural fiereza. |