Ana de Tejas Verdes de Lucy Maud Montgomery
Desde que llegué a «Tejas Verdes» he cometido errores y cada uno me ha ayudado a curarme de un gran defecto. El episodio del broche de amatista me curó de tocar las cosas que no me pertenecen. El error del Bosque Embrujado me curó de una excesiva imaginación. El pastel con linimento, de cocinar descuidadamente. El teñirme el cabello, de vanidad. Ahora no pienso en mi nariz ni en mis cabellos; por lo menos no muy a menudo. Y el error de hoy me curará de ser demasiado romántica.
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