El secreto de Helena de Lucinda Riley
-Yo suelo ver la vida como un viaje en tren -siguió de repente mamá. -¿A qué te refieres? -Pues a que las personas vamos viajando hacia el futuro, y en algunos momentos el tren se detiene en una estación bonita, donde se nos permite bajar y pedir una taza de té. En tu caso, Alex, una jarra de cerveza. -se ríe en voz baja-. Y nos quedamos un rato ahí sentados, bebiendo, contemplando las hermosas vistas y sintiéndonos tranquilos y satisfechos. Creo que esos son los momentos que la mayoría de los seres humanos describirían como «felicidad». Pero luego, como es lógico, debemos regresar al tren y seguir nuestro viaje. Sin embargo, esos momentos de pura felicidad no los olvidamos nunca, Alex. Esos momentos son los que nos dan la fuerza para afrontar el futuro: la creencia de que se repetirán. Y lo harán, por supuesto. |