Castigo Divino de Lorena Escudero
(…) Sentí cómo una lágrima comenzaba a resbalar por mi mejilla. ¿Cabía la posibilidad de que ella fuera feliz? ¿Sin mí? ¿Cómo podía ser eso? ¿Estaba yo dispuesto a dejarla marchar y subordinar mi felicidad a la suya? Es más, ¿sería capaz de hacerlo?
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