En época de tulipanes de Lidia Fernández Galiana
A principios de 1943, por fin volvimos a Francia. Fue entonces cuando descubrimos que la guerra no era lo que habíamos imaginado. En nuestras estúpidas e inexpertas cabezas, creímos que todo sería como las historias bélicas de grandes héroes. Que llegaríamos allí y lucharíamos en algún campo de batalla, y que poco a poco y gracias a nuestra gran labor, entre todos terminaríamos expulsando a los alemanes. Pero, como bien dijisteis vosotros, la guerra es otra cosa. La guerra es, sobre todo, miseria y muerte. Son personas que se han quedado sin hogar, batallas entre hermanos que luchan en nombre de quienes jamás moverán un dedo por ellos. La guerra son trampas, puñaladas por la espalda y trapos sucios. La guerra es absurda en sí misma. Y la guerra es muerte, sobre todo muerte.
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