En época de tulipanes de Lidia Fernández Galiana
El mundo es maravilloso, un paraíso. Pero el ser humano ha hecho de él un infierno, concediendo una horrible vida miserable a miles de personas mientras que otras egoístamente viven vidas más o menos felices en hermosas ciudades donde a pesar de todas las comodidades y facilidades, todo el mundo encuentra siempre un motivo para quejarse y donde los políticos juegan al ajedrez con el pueblo sólo para divertirse. El ser humano es destructivo y poderoso. Una mente brillante puede destruir países, o pintar los cuadros más bonitos del mundo, o terminar una guerra. Hay miles de millones de cosas que nos hacen detestables a la vez que atrayentes. Miles de cosas que nos hacen terroríficos y fascinantes. Miles de millones de cosas que nos hacen admirables y miserables, pero nada, nada comparado con la locura que nos envuelve cuando amamos. Nada que pueda explicar ni justificar lo que nos invade cuando amamos. Las locuras que hacemos cuando amamos, lo poco que importa el resto cuando amamos. Cualquier tipo de amor es válido. Y yo reconozco que aquella noche el amor me emborrachó hasta tal punto que el resto del mundo y lo que en él ocurriese me traía sin cuidado. Lo que hace del amor un arma de doble filo, llamativa y destructora a la vez pero tan irresistible que nada puedo decir en contra.
|