Una realidad más amplia de Libia Brenda Castro Rojano
Los extranjeros debían permanecer al otro lado de la barrera. Nunca fue más importante para los norteamericanos la pureza de su raza, una pureza que no se medía mediante ningún código genético sino por el otorgamiento de documentos: la carta de ciudadanía, el pasaporte que identificaba a alguien como ciudadano de ese país era linaje suficiente. (Vallas) |