Apropiación indebida de Lena Andersson
La Esperanza y su simbiosis, todo hay que decirlo, no creen que la íntima voluntad del ser amado vaya a cambiar. La Esperanza que habita en el corazón humano cree que ya existe esa voluntad; que en realidad —en realidad— el amado quiere lo que finge no querer, o no quiere lo que finge querer, lo que un entorno malvado le ha inducido a querer: en resumidas cuentas, que las cosas no son como parecen. Que el pequeño atisbo de una realidad distinta constituye la verdad. Así es la Esperanza. |