Apropiación indebida de Lena Andersson
No daba la impresión de sentirse culpable, ni de guardar silencio porque no se le ocurriera qué decir. Solo quería desprenderse de las cadenas que ella le había puesto, y su mutismo era el silencio que se observa ante aquel que es incapaz de entender nada, al hallarse en un mundo diferente regido por otras reglas del juego, acerca de las cuales sería absurdo siquiera intentar discutir dado el abismo que separa ambos mundos.
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