El día de mi muerte de Laura Campos
Es muy diferente plantearse morir y vivirlo realmente. Nunca he visto a nadie perder la vida. Lo más cerca que he estado de una sensación tan angustiante fue cuando murió mi abuelo, pero solo tenía siete años y apenas lo recuerdo. En realidad no hace tanto que era una niña: ahora tengo quince, y no cumpliré dieciséis.
|