Mientras estás sola de Laia Sinclair
Abrí los ojos al mundo real, endurecí mi corazón para que no volvieran a romperlo, y decidí que, a pesar de todo, no permitiría que aquella experiencia me convirtiera en una persona amargada. Pero, desde luego, nunca, jamás, me iba a permitir enamorarme de nuevo. Pero no contaba con cruzarme con Charlie Kavanagh. |