Amor en llamas de Kristen Callihan
—Mentí. Mentí cuando te dije que tu belleza no me afectaba. Cuando te miro, me robas el aliento, siento que me mareo. Quiero arrodillarme a tus pies y adorarte. Mientras la parte más primaria de mí quiere levantarte las faldas y hacerte el amor hasta que olvidemos nuestros nombres. —Infló las aletas nasales, mirándola, y en sus ojos se mezclaron el reproche y la pena—. Pero nada de eso importa —tembló—, porque cada día que paso contigo estoy más seguro de que Dios te hizo para mí. (…) nadie me ha hecho sentir como tú, Miri, como si todos los días fueran una aventura. Me haces reír. Y yo nunca río. Voy por ahí sonriendo como un imbécil. De modo que sí, te lo oculté, porque estoy tan locamente enamorado de ti que el saber que quizá también tú me amaras me resultó irresistible. Y tenía miedo de que todo se esfumara si me quitaba la máscara.
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