Playboy de Katy Evans
Lloro porque estoy feliz por ellos y triste por mí. Lloro porque hace solo unos meses me imaginaba que algún día estaría ante el altar con el hombre que me amaba; un hombre con los ojos, el pelo y la cara de Emmett. Y que él pronunciaría sus votos. No me creo que me esté pasando esto; que sea la única soltera de mis amigas. Que no solo ya no esté con Emmett, sino que no crea ni por un segundo que el sueño de casarme y de amar y ser amada «hasta que la muerte nos separe» se vaya a hacer realidad. |