La casa del padre de Karmele Jaio
Escribir es ir perdiendo libertad en cada párrafo. En la primera línea eres libre. No dependes de nadie. No eres aún esclavo de las propias palabras.
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La casa del padre de Karmele Jaio
Escribir es ir perdiendo libertad en cada párrafo. En la primera línea eres libre. No dependes de nadie. No eres aún esclavo de las propias palabras.
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