La estrella de la mañana de Karl Ove Knausgård
Mi padre también decía que las moscas eran los muertos. Que por eso había tantas, y se mantenían tan cerca de nosotros y de nuestras casas. Eran almas muertas. Nunca supe si lo decía de verdad o no. Pero desde la primera vez que lo oí, no podía ver una mosca sin pensar en ello.
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