Nudos de vida de Julien Gracq
Hay una sensación de la infancia que ya solo recupero fugazmente y a intervalos alejados: no el olor ligero, embriagante, del heno cortado, sino el olor ya leñoso de las altas hierbas de junio calentadas por el sol a lo largo de los senderos de la tarde: olor acre, olor pegajoso, pimentado y amargo, casi sexual, mareante como ninguno.
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