La intrusa de Júlia Lopes de Almeida
El espionaje tiene alas de murciélago, teme la luz, pero se propaga por las tinieblas sin rumor ni recelo. Su elemento es el misterio. El deseo del mal es silencioso. ¡Ay, si él pudiera desplegar unas uñas afiladas y hacer sangrar en la oscuridad la carne blanca de aquella mujer!
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