Más sabe el diablo de Juani Hernández
La joven se aferró a él con desesperación, como si fuera su tabla de salvación, el último lugar en el que guarecerse en el infierno, guarecerse en él, que se había declarado un diablo. ¿Cómo podían ser los brazos de ese hombre un remanso de paz cuando precisamente se estaba sumergiendo en la locura?
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