El libro vacío. Los años falsos de Josefina Vicens
Si algún día pudiera irme y vivir solo y libre, tendría que escribir sin tregua, hasta despedazarme, hasta sentir que me estallaba la cabeza. Únicamente así podría ahuyentar los recuerdos y soportar la soledad. Me gusta imaginar que soy libre pero, al mismo tiempo, sólo de imaginarlo, algo se rompe dentro de mí. Estoy tan atado, tan fuertemente unido a mi mujer y a mis hijos, que ya no siento mis propios linderos. Es verdad que cada uno tiene su vida propia y su destino y su soledad; que algún día ellos se irán y con su mujer y sus hijos formarán ese apretado nudo que yo siento ahora. Pero es que ese nudo únicamente puede ser desatado por lo natural, por lo inexorable, como son el instinto y la muerte.
|