La Selva Virgen de José Santos Chocano
¡Mísera de la anciana, que ya en el lecho ardiente no encuentra las caricias del cortesano joven! ¡Mísera de la vieja, que del amor antiguo despierta la memoria de dichas palpitantes, al profanar con besos las impecables bocas de los ingenuos niños que estrecha entre sus brazos! |