Cuando tomábamos café de José Carlos Sánchez Montero
Aquellas palabras retumbaron nuevamente el pecho de Carlos, como dos cañonazos torpedeando su línea de flotación, y casi consiguieron hacerle zozobrar.
|
Cuando tomábamos café de José Carlos Sánchez Montero
Aquellas palabras retumbaron nuevamente el pecho de Carlos, como dos cañonazos torpedeando su línea de flotación, y casi consiguieron hacerle zozobrar.
|