El vuelo de la inteligencia de José Antonio Marina
Cuando el niño abandona el ambiente cálido, estable y protegido del vientre materno, se le echan encima, como una catarata, luces, sonidos, escozores, roces, temperaturas cambiantes. Echaría a correr si pudiera, pero no puede. Así que no le queda más remedio que hacer de tripas corazón y empezar a entender el mundo.
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